“Festival de importaciones” fue la frase elegida por Cristina Fernández de Kirchner para referirse al panorama comercial argentino, durante su discurso del 20 de junio en el plenario sindical de la CTA en Avellaneda. Mientras tanto, el pasado martes, el presidente Alberto Fernández mantuvo una reunión con Martín Guzmán, ministro de Economía, Daniel Scioli, flamante ministro de Desarrollo Productivo, y Miguel Pesce, presidente del Banco Central. El foco estuvo puesto, precisamente, en la administración de importaciones.
Los rubros que conllevan un mayor guarismo en este sentido son energía y combustibles, insumos químicos, partes para productos electrónicos de Tierra del Fuego, autopartes, agroquímicos y productos farmacéuticos. En las empresas cuya actividad depende de estas compras, todavía reina la incertidumbre de cara a cuáles serán, finalmente, las medidas que tomará el gobierno en su afán de frenar la sangría de reservas del BCRA.
“Hoy, en nuestro rubro, 7 de cada 10 productos son importados, mientras que aquellos que son fabricados acá tienen componentes que provienen de la importación. La entrega de mercadería está complicada porque hay faltantes”, explicó a ON24 Sergio Jure, titular de Jure Autopartes. Según el panorama que pintó el empresario, la alternativa para su rubro es buscar proveedores con mercadería en stock o que cuenten con órdenes de importación aprobadas.
“Al no haber oferta y mucha demanda, el precio de los productos tiende a aumentar. Además, también sube por el costo de los fletes que es cada vez más caro y el contexto internacional que no nos beneficia. No se puede hacer una cadena de compra en la que sea posible programar. Tengo órdenes de compra al exterior y no tengo posibilidades de que me las aprueben”, comentó.
La principal preocupación de Jure son las demoras y negativas en la aprobación de los permisos de importación. “Nos dicen que no se aprueban por escasez de dólares, pero no sé hasta qué punto este estacionamiento de dólares va a sostener nuestra economía, ni qué alternativa tiene en mente el gobierno para conseguir divisas. En breve, habrá faltante total de algún producto”, apuntó.
Actualmente, las demoras en el rubro autopartes rondan los 120 días. De acuerdo con Jure, no hay un tipo de producto que se encuentre especialmente afectado, sino que las dificultades para formar stock se extienden a la totalidad del catálogo. Además, argumentó que no se trata de una problemática nueva para el sector: “Antes, de 10 pedidos se aprobaban 4, ahora, con suerte se aprueba uno”.
En cuanto a la posibilidad de establecer una instancia de diálogo con el ejecutivo, Jure mencionó como única alternativa al presidente de la Cámara de Exportadores, Fernando Landa. Sin embargo, aclaró que “por más que se presenten reclamos, sigue sin haber aprobaciones”.
Mientras tanto, en el gobierno se asume que el aumento de las importaciones se origina por el incremento de los precios internacionales de la energía, la recuperación de la actividad industrial y las “importaciones especulativas”, producto de firmas que optan por aprovechar las ventajas de la brecha cambiaria para generar stocks de ciertos insumos.
Con la dinámica actual, se calcula una cifra cercana a los 9000 millones de dólares en importaciones para el mes de mayo, un aumento superior al 70% con respecto al mismo mes del 2021. La preocupación del gobierno pasa por la proyección de esta tendencia hacia lo que resta del año, lo cual aleja la meta de reservas trazada para 2022.
Los últimos trascendidos de las reuniones que Daniel Scioli sostiene con representantes de entidades empresarias, entre ellas la Confederación General Económica Argentina (Cgera), la Unión Industrial Argentina (UIA) y la Confederación General Económica Argentina (CAME), hablan de “un cambio de mecánica” en la administración del comercio exterior. En este caso, los bienes finales serán el principal blanco de las nuevas políticas, mientras que el funcionario aseguró que habrá divisas disponibles para la producción.