En el año 2019, el país asiático sufrió un importante brote de Peste Porcina Africana (PPA), la cual es una enfermedad viral altamente contagiosa y mortal que afecta tanto a los cerdos domésticos como a los salvajes de todas las edades. Si bien tal afección se encuentra principalmente en África subsahariana, en los últimos años se extendió por China, Mongolia y Vietnam, así como dentro de partes de la Unión Europea. Por otro lado, es importante mencionar que dicha enfermedad no es una amenaza para la salud humana y no se puede transmitir de los cerdos a los humanos.
En cuanto a las principales consecuencias que tuvo dicho brote de la enfermedad en China, fue una importante merma del stock de cerdos pasando de 428 millones de cabezas a finales de 2018 a 310,4 millones a finales del año 2019. En este sentido, se tuvo una pérdida de 117,5 millones de animales (↓ 27%) afectando fuertemente la producción local y, en consecuencia, las posibilidades de abastecimiento interno para satisfacer la demanda de la principal carne consumida por la población china.
En concordancia con la alta demanda para este producto, en el período 2020/21 se observó una rápida y eficiente recuperación de los niveles de stock de cerdos; que avanzan de 406,5 millones de cabezas en el año 2020, a 449,2 millones de cabezas a finales de 2021, una cifra que supera a la del 2017 aunque está por debajo del máximo de 480,3 millones del año 2012. Según estimaciones del USDA, para el 2022 se espera que los stocks sigan aumentando, llegando a 460 millones de cabezas; un 2,4% superior al año anterior. Estos altos niveles de recuperación se deben no sólo a la eficiencia china en el manejo de la problemática, sino también al aumento del número de reproductoras.
Con respecto a los datos de producción de carnes del país, claramente la disrupción en el mercado porcino afectó las disponibilidades de proteína animal en una población que viene aumentando de forma sólida el consumo doméstico de carnes en términos generales. Tal como se observa en el siguiente gráfico, en 2019 la producción de carne de cerdo cayó a 42,5 Mt, implicando una merma de casi 12 Mt de producción, según datos del organismo estadístico oficial chino. Asimismo, en 2020 continuaron cayendo los volúmenes de producción alcanzando un piso de 41,13 Mt.
Si analizamos la evolución de las producciones de carne bovina y aviar del mercado chino, se observa que éstas lograron compensar solo muy parcialmente los menores volúmenes de elaboración de carne de cerdo entre 2019 y 2020. En el caso de carne bovina, en 2020 se registró un leve repunte frente al año 2019 pero sin superar volúmenes de años previos; mientras que en el caso de carne aviar, destaca una reacción relativamente rápida con un aumento de 2,4 Mt en la producción arribando a 22,3 Mt en dicho año.
Esta tendencia productiva de las principales carnes de China se mantuvo para el año 2021, al mismo tiempo que la recuperación de stocks de cerdos ya tuvo un impacto importante en la generación de proteínas animales. En el último año, la obtención de carne de cerdo aumentó más de 10 Mt hasta 52,96 Mt y con expectativas de incrementarla en un 5% en el corriente año. De esta forma, debido a la mayor producción de sustitutos de la carne de cerdo y a la actual recuperación en dicho mercado, en 2021 se alcanzó un récord en la producción de los principales tipos de carnes.
Estos mayores volúmenes productivos y las perspectivas de que continúen al alza, se espera que provoque una nueva disminución de las importaciones de este país, recalibrando el volátil mercado internacional entre los principales importadores y limitando subas en los precios del ganado.
El aumento de la producción y la consiguiente disminución de las importaciones se ve reforzado, además, por los conflictos en las cadenas de suministros del país debido a su política de COVID-0, que impulsa la escasez de contenedores refrigerados y retrasa los envíos programados, aumentando los costos y desafiando las fechas de entrega de los productos.
Es interesante destacar que, de acuerdo con un informe de FAS/USDA, las veinte principales empresas productoras de cerdos que cotizan en bolsa habrían registrado pérdidas por un total de casi US$ 80.000 millones en 2021, y debido a esta retracción financiera y al exceso de oferta de cerdas, se enviaron a faena cantidades importantes de cerdas para aumentar el flujo de caja.
Esto se encuentra en línea con la reglamentación impuesta por el país asiático que requiere que los productores y las provincias mantengan el inventario nacional en 41 millones de cerdas aproximadamente. Estas medidas podrían acelerar aún más la concentración en el sector porcino. Este año, se espera que los inventarios, junto con cerdas reproductoras más eficientes, mejoren el ritmo productivo.
A nivel global, las importaciones de carne bovina y aviar en 2022, se mantendrían al alza impulsadas por el mayor consumo y una demanda firme por parte de China y los principales países importadores. Mientras tanto, en el caso de la carne de cerdo las importaciones globales se perfilan a descender 3,3 Mt en 2022 ante la menor demanda de China. En este caso, dada la recomposición de stocks de cerdos y el aumento productivo señalado anteriormente, en los primeros 6 meses del año, las importaciones chinas se han visto limitadas al tiempo que compiten con los bajos precios internos de la carne de cerdo, sumado a un retorno del arancel NMF aplicado sobre las importaciones de carne de cerdo congelada, pasando del 8% provisorio a 12%. En este sentido, se espera que las importaciones de cerdos vivos en 2022 disminuyan aún más a medida que se estabilice el rebaño de cerdas.
Por último, con el objetivo de tener una visión a largo plazo del mercado de carnes chino, en el siguiente cuadro se pueden observar datos de consumo per cápita e importaciones proyectadas para dicho país hasta el año 2031.
Se estima que las restricciones de COVID-19 reducirán el consumo de carne de cerdo en el sector HRI (hotelero, restaurantero e institucional) donde se consume carne de cerdo refrigerada y congelada. Según el informe presentado por el USDA en marzo de 2022, se muestra que los consumidores diversificaron el consumo de carne durante el período de precio “alto” del cerdo después de los brotes de peste porcina africana, y que estos cambios en las preferencias parecen haber persistido incluso cuando los precios de la carne de cerdo disminuyeron en 2021.
Mientras que si se contempla una perspectiva hacia el año 2031 comparando con el año 2018 – previo al suceso que afectó gravemente los stocks de cerdos en China – en términos generales se espera un aumento sostenido en el consumo per cápita de carnes por parte del país más populoso del mundo. Se proyecta una recuperación y un leve aumento del 2% en carne de cerdo y un fuerte incremento en el consumo de carne bovina (↑ 41 %) y aviar (48 %).
En cuanto al impacto de dicha situación en el mercado global, el USDA proyecta que entre 2018 y 2031 las importaciones se incrementarán un 278% en carne de cerdo, 179% en carne bovina y 291% en carne aviar.
En 2021, China se comprometió con Uruguay en un tratado de libre comercio; y el 23 de febrero de 2022, el gigante asiático actualizó la lista de productos de carne vacuna disponibles para importar desde Chile, incluyendo ciertos subproductos bovinos. Más del 80% de las exportaciones de carne vacuna de Chile van a China.
Por lo anterior, se presentan grandes oportunidades para los países exportadores de carnes, donde Argentina es un jugador central en el caso de carne bovina y está desarrollando un potencial importante en el mercado de cerdos. Las políticas públicas y los incentivos institucionales para aumentar la producción serán clave, con objeto de asegurar un adecuado abastecimiento del mercado interno y aprovechar nuestras ventajas competitivas para acaparar una cuota de mercado creciente en estos tres sectores cárnicos.
Fuente: BCR