Por las últimas declaraciones de dirigentes y políticos en la campaña electoral sobre la imposibilidad de eliminar todas las retenciones a las exportaciones, están
confesando que las mismas continuarán en la próxima gestión si son gobierno, cuando mejore la económica macro.
Se vuelven a olvidar de las nefastas consecuencias que tiene su aplicación en el sector agropecuario, el interior y para todo el país, como quedó demostrando con la actual crisis económica.
Así se paró el sector agropecuario por falta de rentabilidad y se detuvo el país. Siempre fue muy fácil poner en vigencia el impuesto por exportar en años de vacas gordas, pero muy difíciles de eliminar, cuando las vacas están flaca como ocurre actualmente.
Solamente el espacio de Cambiemos tiene una propuesta de eliminar definitivamente todos los impuestos por exportación, salvo en el caso de la soja que propone una eliminación gradual de 5 puntos por años.
Lamentablemente como consecuencia de la política macro aplicada por este gobierno desde abril del 2014, fecha que se hizo la propuesta, ha quedado totalmente desfasada y es necesario su total eliminación si no se quiere promover una mayor devaluación para poder recuperar un dólar competitivo para poder exportar.
Todos los otros espacios políticos no eliminan las retenciones. Dejan abierta la puerta que cuando mejore la situación las vuelve a imponer. Pareciera que la Argentina esta predestinada a vivir con este tipo de políticas clientelistas y demagógicas con la mayoría de nuestros políticos, para vivir con lo nuestro, sustituir importaciones y exportaciones, cuidar la mesa de los argentinos o cualquier otra intervención de los burócratas estatales que pretende reemplazar a la iniciativa privada.
Esta es la única fábrica que no dejó de funcionar en la Argentina desde hace 70 años y responsable del actual atraso crónico del país, con desempleo, marginación y empobrecimiento que genero los actuales 12 millones de pobres e indigentes a pesar de ser la última década la de mayor ingresos fiscales y dólares por exportación que se tenga memoria.
La propuesta de mantener las retenciones por la mayoría de los políticos en la actual campaña electoral, repite los mismos errores y limita la capacidad del sector privado para hacer las inversiones necesarias en los procesos de transformación de la materia prima en su lugar de producción.
A mayor distancia, hay que transportar menor peso y bienes de mayor valor para atomizar el costo de flete. No hay otros paliativos para las distancias que la transformación de la materia prima en alimentos y bienes terminados de su lugar de producción para que el costo relativo del flete sea menor.
¿De qué le puede servir a un productor alejado del puerto que le reconozcan las retenciones a cuenta de ganancias si en su explotación trabaja a pérdida?
¿Cuándo las va a poder recuperar y quién va a financiarle su desarrollo? ¿Sinceramente alguien puede proponer un sistema para la segmentación de las retenciones dependiendo del tamaño de productor y zona de producción?
¿Se dan cuenta los dirigentes que proponen la segmentación para pequeños productores que con esas políticas están apoyando la existencia de esta confiscación?
¿Estamos dispuestos a que por falta de rentabilidad los productores se endeuden nuevamente en los Bancos y a repetir el mismo escenario que provocó la convertibilidad?
Como primera medida para cambiar el país se necesita recuperar las instituciones que aseguren el funcionamiento pleno del federalismo y la independencia de los poderes. Hoy estamos viviendo las consecuencias de la reforma constitucional del 94 en una elección presidencial centrada en la provincia de Buenos Aires
Necesitamos tener una verdadera burocracia nacional con un proyecto estratégico para el desarrollo y crecimiento planificado del país, que nos integre al mundo definitivamente en forma permanente y que trascienda los cambios de gobierno. Hay que terminar con los individualismos, la confrontación entre sectores y las propuestas cortoplacistas para quedar bien con los funcionarios.
No puede ser que con cada cambio de gobierno, cambie toda la política. El país necesita una renovación de la dirigencia con ideas modernas y con capacidad de copiar cómo funciona el mundo desarrollado. Los dirigentes del sector agropecuario tenemos que hacer una propuesta respalda por ley para poder unirnos para un trabajo gremial por mayoría para sentarnos a la mesa grande de las decisiones del país.
El Complejo Agroindustrial es la industria más importante del país por su capacidad de dar trabajo, por su producto bruto interno, por el volumen de nuestras exportaciones, por la importancia de los impuestos pagados, pero principalmente, porque está radicada en cada pueblo del interior, un hecho geopolítico que no se repite en ningún otro sector para dar inclusión a la gente.
Los impuestos por exportar tienen que ser eliminadas definitivamente si queremos volver al federalismo fiscal para volver a aspirar a ser un país desarrollado en unos años.
Necesitamos discutir y concretar una profunda reforma impositiva que grave proporcionalmente a lo que se gana, a lo que se gasta y a lo que se tiene, para poder eliminar todos los impuestos distorsivos y todos los sistemas ilusorios que existen por ley.
Autor: Arturo Navarro – Ex-pte CRA