Agregan que “la alta carga impositiva empuja al sistema productivo a dejar años de directa para seguir en carrera”. Sin embargo, desde Bombal, comentan que la causa principal de utilización de labranza es el difícil control de malezas pero que se toman muchos recaudos al considerar aplicarla. “La proliferación de malezas tolerantes y resistentes sumado a los largos periodos de sequía que tuvimos esta campaña han hecho que la soja no haya logrado una buena competencia por lo que en esos lotes estamos recurriendo a una pasada de doble acción más el tratamiento con el pre-emergente adecuado. El aumento de dosis con los agroquímicos actuales no alcanza”. En Cañada de Gómez comentan que todo depende del tipo de maleza pero intentaran mantener la cobertura. “Se pronostica una nueva Niña, y como vimos en la campaña pasada, los lotes con cobertura amortiguaron mucho mejor el estrés hídrico que los movidos. Pero lo que deba ser trabajado se hará con labranza superficial. En esta zona la usamos principalmente para control de Eragrostis (maleza), ya que el control químico es defectuoso”. Advierten que esta campaña también “hay que revisar los costos de ambas prácticas ya que el gasto en gasoil se equiparó bastante con el de los agroquímicos. Sin embargo, hay situaciones en las que no hay alternativa”.
Por otro lado los técnicos cañadenses explican que en los barbechos químicos que van a gruesa “se va a trabajar más pronunciado que otras campañas con la técnica de overlapping (superposición) y rotación de principios activos”. La causa es la relación entre los costos de los pre-emergentes vs. post-emergentes (en particular glifosato). “Apuntamos al control de gramíneas, yuyo colorado y rama negra hacia fin del invierno principios de primavera”. En Carlos Pellegrini y Marcos Juárez también comenzaron con los barbechos largos para soja y maíz a través de controles químicos dentro del paquete tecnológico de siembra directa. En la ciudad santafecina dicen que únicamente laborean para descompactar o para frenar la proliferación de semillas de malezas resistentes y en la cordobesa en utilizan labranza mínima con rastra “diamante” en situaciones puntuales.
Fuente: GEA