El director del Laboratorio Climatológico Sudamericano, Juan Leónidas Minetti, ofreció una disertación en la Sociedad Rural de Jesús María, entidad adherida a Cartez.
El especialista -proveniente de la provincia de Tucumán- presentó el panorama meteorológico para la próxima campaña agrícola-productiva, al mismo tiempo que reflexionó sobre la variabilidad climática observada en nuestro país y Córdoba durante estos últimos años.
Luego de ocho años de una creciente tendencia hacia la sequía, desde el 2014 nuestro país se encuentra experimentando un clima de condición lluviosa. Según expresó Minetti, en el caso de Córdoba en particular, estas condiciones excedentarias vienen manifestándose desde la primavera pasada, habiendo alcanzado un pico récord en febrero del presente año.
“Los excedentes de agua de febrero pasado superaron los valores históricos medidos desde 1873”, sostuvo el investigador del CONICET, al mismo tiempo que lamentó la capacidad destructiva de los aluviones en materia de infraestructura hidráulica: puentes y vados caídos, caminos anegados, canales de desagüe colapsados, entre otras cosas.
En relación a esto, advirtió que están habiendo “entre 30 y 40 tormentas más al año” siendo uno de los períodos más severos en materia de precipitaciones para nuestro país. No obstante, argumentó que la época de sequía retornará a la región, una vez culminado el verano 2016. “Hay por lo menos cinco indicadores climáticos muy fuertes que maneja nuestro Laboratorio que nos indican que la condición seca va a seguir, después de este proceso lluvioso que esperamos para la campaña agrícola 2015/2016”.
Para Minetti, el fenómeno de “El Niño” se está produciendo en un contexto de condición lluviosa, que inició el año pasado en el caso de Argentina. Respaldado por los indicadores climáticos de las Estaciones Sudamericana, Europea y Americana, aseveró que el impacto de dicho fenómeno se intensificará en el país en los meses de noviembre y diciembre a través de importantes aluviones.
En ese sentido, llamó a enfrentar el problema de los sobrantes pluviales, a modo de evitar nuevas catástrofes en las economías regionales. “No sólo se trata de un problema de orden climático. Estos excedentes hídricos van a caer justo en un período de transición política, lo que implicará ausencia de decisiones a nivel nacional y provincial”, remarcó.
En otras palabras, explicó: “Frente a esta situación acuciante que ocurrirá en primavera, no sabremos quiénes del poder político van a tomar las decisiones que atañen a la seguridad de la población y a la infraestructura del sistema productivo”.
Los empresarios que se dedican a la actividad agropecuaria van a enfrentar una campaña agrícola-ganadera con gran exceso pluvial. Al respecto, Minetti manifestó: “El Niño adelantará un buen volumen de agua en primavera, pero después castigará los cultivos en verano y perjudicará la floración en otoño”.
En tal aspecto, los productores deberán estar atentos a los epicentros de lluvias masivas, tanto en primavera como en verano. “Al esperar mayores lluvias para esta primavera, habrá un buen perfil de humedad en el suelo, el cual estimulará la siembra temprana. No obstante, habrá que prestar atención a tres períodos críticos en particular: comienzos de noviembre, mediados de diciembre y fines de enero”.
En su carácter de científico y climatólogo, Minetti admitió condiciones de mayores sequías e inundaciones, definiéndolas como extremos opuestos. “Estamos observando cambios importantes en las condiciones extremas y eventos atmosféricos realmente sorprendentes”.
A modo de alertar al auditorio, recalcó que “estamos viviendo perturbaciones en el clima, que son extraordinariamente importantes”. A modo de ejemplo, el especialista enumeró los países que están siendo afectados por las ondas de una “sequía milenaria”: Estados Unidos, Rusia, China, Chile, Sudáfrica y Australia, entre otros.
En términos estadísticos, concluyó que “del 50% de probabilidad de un evento, estamos pasando a un 90%, teniendo un desvío del 40% de las condiciones extraordinarias”. Así las cosas, explicó Minetti, los desiertos están haciendo una presión muy importante sobre las zonas de clima semiárido.
En cuanto al incremento de la temperatura a nivel mundial, señaló que tal calentamiento está provocando una aceleración en el movimiento del aire potenciado por el crecimiento urbano-industrial. “Desde 1980, la temperatura promedio de la tierra experimenta una variabilidad que va en crecimiento año tras año”, concluyó. (Prensa CRA)