La producción de gasoil en Argentina fue la más baja desde 2014, sin considerar los valores de pandemia: alcanzó un total de 680.000 toneladas en febrero pasado, por lo que cayó, de esta manera, casi 200.000 toneladas respecto a enero y casi 80.000 toneladas en relación a igual mes de 2021, según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario.
De acuerdo con especialistas y actores del mercado energético, algunas refinerías estarían paradas porque se necesita petróleo liviano para refinar, de compleja disponibilidad en el país. Esto lleva a profundizar la importación de gasoil, lo que a su vez dificulta la comercialización debido a las diferencias de precios entre el mercado interno y externo.
En este sentido, la caída en la producción de febrero se dio principalmente en el gasoil grado 3, disminuyendo 130.000 toneladas, mientras que el gasoil grado 2 disminuyó 66.000 toneladas en sus volúmenes productivos.
Ante este marco, el volumen de importaciones de gasoil se disparó a máximos históricos para el mes de febrero. Si bien desde la BCR indican que suelen surgir necesidades de importación de gasoil para generación de energía con el advenimiento de las bajas temperaturas en los meses de junio-julio -lo que explica picos de importaciones en esos meses-, aclaran que nunca se había visto un volumen de compras desde el exterior de esta magnitud para un mes de febrero, superando, incluso, el volumen importado en el pico del invierno pasado.
La demanda de gasoil se ha venido intensificando en los últimos meses desde varios sectores. Se conjuga aquí una enérgica recuperación en el nivel de actividad económica e industrial luego de la caída en pandemia, una mayor demanda para producción de energía eléctrica ante el faltante de gas natural y la mayor demanda estacional para las tareas del campo, con productores agrícolas intentando asegurarse el insumo de cara a la cosecha gruesa.
Una menor disponibilidad de gas natural para producción energética, en un contexto de fuerte consumo de energía, ha redundado en un mayor consumo de gasoil para la producción energética. Esta demanda de carácter sustitutivo se ha mostrado muy elevada para el mes de febrero, contrariamente a las tendencias estacionales, que, al igual que las importaciones, muestran sus picos de demanda en los inviernos. De esta manera, la demanda de gasoil para producción de energía eléctrica en los meses de enero y febrero fue de 490.000 m3, incrementándose un 320% con lo demandado en el mismo período de 2021.
A su vez, la caída en la producción con un creciente consumo encuentra un volumen importado que sigue siendo insuficiente para el abastecimiento interno de gasoil. Consecuentemente, parte de la demanda se está cubriendo con los stocks disponibles, que han tocado mínimos históricos, explica el informe de la entidad local.
¿BIODIÉSEL AL 20%?
Por último, para la BCR, la agroindustria argentina está en condiciones de responder a este importante desafío a través de una sustitución rápida de importaciones de combustibles utilizando los biocombustibles. En ese sentido, destaca que Argentina puede alcanzar 3,9 millones de toneladas de producción de biodiésel, concentradas principalmente en la provincia de Santa Fe, donde se integran con las empresas de molienda de soja.
En la actualidad, este importante sector industrial tiene casi un 60% de capacidad productiva ociosa. Los estándares vigentes para la producción de biodiesel establecidos para un corte del 10% y las experiencias en su uso puro muestran el potencial técnico del producto para sustituir al gasoil en el transporte. Incluso se cuenta con experiencias exitosas del uso del biodiesel puro B100 en flotas de camiones y buses de transporte de pasajeros. Por lo tanto, incrementar la utilización de fuentes de energía renovables producirá beneficios para el medio ambiente y la salud humana.
Por estas y otras razones, las Bolsas de Cereales y de Comercio han propuesto a las autoridades nacionales establecer por norma que, más allá del corte obligatorio vigente del 5%, las empresas mezcladoras puedan usar biodiesel hasta un máximo del 20%. Este adicional, aclara, deberá ser consecuencia del mercado libre de oferta y demanda en la que podrán participar todas las empresas productoras de biodiesel registradas en Argentina, de manera de asegurar el abastecimiento en las mejores condiciones posibles de calidad y precio para el consumidor.