Casi tres años después del incendio de Notre Dame de París, el director de cine francés Jean-Jacques Annaud presenta una película sobre el desastre que es a la vez una narración desgarradora y una denuncia de los errores que lo propiciaron.
Es la primera película sobre el drama, rodada por un director veterano (78 años), ganador de dos premios Oscar a lo largo de su dilatada carrera, por Blanco y negro en color rodada en 1976 y La guerra del fuego de 1981.
El 15 de abril de 2019 la catedral parisina, joya del gótico europeo, estuvo a punto de derrumbarse a causa de las llamas de un voraz incendio que destruyó totalmente su tejado. Su reapertura está prevista en 2024.
La película de Annaud, que se estrena el 16 de marzo en Francia, cuenta como si se tratara de una película de suspenso los pasos que pudieron conducir a la catástrofe y luego la batalla de los bomberos para salvar el edificio.
“Cuando examiné la documentación después del incendio no me lo podía creer, sin embargo todo es verdad”, explicó el director.
“Desde el principio hatsa el final hubo una cadena de errores, de contratiempos y de obstáculos absolutamente increíble”, denuncia Annaud, que contó con el asesoramiento de los bomberos de París.
Cigarrillo encendido o cortocircuito
La investigación sigue su curso, y por el momento solo hay dos pistas para explicar el incendio fortuito: una colilla o un cortocircuito. La catedral se hallaba en obras de rehabilitación cuando se produjo el siniestro, y Notre-Dame brûle (Notre-Dame en llamas) muestra imágenes que apuntan a ambas teorías.
La película muestra por ejemplo a un obrero fumando en el enorme entramado de madera que sostenía desde hacía siglos el tejado de plomo del edificio, a pesar de la prohibición expresa de fumar.
También se pueden observar palomas picoteando los cables eléctricos que accionaban las campanas. Más lejos, un soldador provoca chispas cerca de una botella de líquido inflamable desechada.
“No dirijo la investigación. No es el objetivo de mi película. Simplemente evoco las pistas existentes. He hecho un trabajo de periodista, contrastando informaciones y testimonios. Me he reunido con la mayoría de personas que intervinieron el día del incendio”, explica.
Hay “datos increíbles”, alerta Annaud, como el hecho de que no se verificaron las alarmas antiincendio, que no había cámaras de video en el armazón de vigas de madera, o que los embotellamientos dificultaron la llegada de los bomberos.
Dentro de la catedral de Notre Dame estaba depositada la que se considera la corona de espinas de Jesucristo. La reliquia, una de las más importantes del mundo cristiano, estuvo a punto de ser engullida por las llamas porque su custodio no conseguía localizar una bicicleta para volver a tiempo a la catedral.
El responsable de comprobar que el incendio era real “se dirigió inicialmente al ático de la sacristía, en lugar de la nave central” narra Annaud.
Con un impresionante realismo, “Notre-Dame en llamas” narra además la lucha de los bomberos para extinguir el incendio mientras el plomo fundido brota de las famosas gárgolas de la catedral. Las campanas, golpeadas por el agua a alta presión, producen una extraña melodía.
Especialista de películas dramáticas, Annaud, reconstruye también en estudio algunas de las escenas.
El incendio fue “un drama absoluto”, explica el director, que dice que no es creyente, pero que respeta “totalmente la fe de los demás”.