Sin duda alguna, las acciones del corredor de bolsa Luis Herrera son un activo apetecible y a la vez escaso, para cubrir su tendal de acreencias, de cuyo monto todos hablan, pero en rigor nadie sabe a ciencia cierta a cuánto asciende y a cuánta gente afectó realmente. Se habla de más de 2.000 damnificados, de los cuales varios están muy flojos de papeles para concretar un reclamo firme ante la justicia.
Esa situación disparó una cautelar cuyo principal damnificado fue el empresario Horacio Angeli, quien había otorgado a Herrera un préstamo prendario que lo habilita legítimamente a rematar las acciones que el corredor posee en el Matba-Rofex.
Precisamente, en la noche de ayer, la Jueza Penal de 1era Instancia, Paula Álvarez, ordenó el levantamiento de la medida cautelar ordenada en la Audiencia del 15/12/21, consistente en la retención de la suma de $ 424.999.994.- monto resultante de la colocación en ByMA primarias (SICOLP) colocación número 2415 de fecha 14/12/21 y fecha de liquidación 16/12/21 por la cantidad de 2.123.938 acciones de Matba/ Rofex S.A (código de especie 30023), a un precio de $ 200,10.- por acción.
En relación al reciente fallo, el CEO del Grupo Transatlántica explicó a ON24: “Fue una prenda perfectamente dada y cuando se subastó el martes de la semana pasada, como correspondía, se intentó frenar la ejecución, quedando los fondos congelados por la medida cautelar, situación que finalmente se pudo revertir en la noche de ayer”.
“Me produjeron un daño moral muy grande congelando esos fondos, queriendo volver para atrás un remate, poniendo en duda la legitimidad de un instrumento de garantía histórico como es la prenda”, comentó el empresario, agregando: “Tengo que dar explicaciones a toda la ciudad de algo que hice perfectamente bien, poniendo en tela de juicio una garantía prendaria legitimada históricamente por los mercados”, remarcando una vez más: “Pusieron en tela de juicio la honestidad y seriedad de un préstamo”.
Indudablemente, las acciones de Herrera representaron un oasis en un vasto desierto donde no hay agua para todos, quedando un remanente luego que Angeli materialice el cobro de su préstamo prendario. “Cobramos lo justo y necesario y estamos poniendo a disposición el resto de las acciones que quedaron libres”.
Así, queda claro, una vez más, el escenario de inseguridad jurídica que golpea lo que debería ser un clima de negocios estable en Argentina, de manera de que se brinden las garantías necesarias para que el sector privado sea quien pueda volcar inversiones para poder salir de una crisis.