En los últimos años creció la práctica de ciclismo en la Argentina y Rosario no estuvo ausente de esa expansión.
Muchos sostienen que si no fuera por la inseguridad, el ciclismo podría estar viviendo el fenómeno de crecimiento por el que pasó el running. Más en Rosario, ciudad ideal por sus prolongada costanera, zonas de barranca para practicar asensos y conectada a poca distancia con ciudades como Funes que ofrecen imperdibles caminos rurales.
Pero todo elemento de valor que sale a la calle es detectado inevitablemente por la delincuencia que pronto se familiariza con los valores del mercado: Una bicicleta de cicloturismo básica arranca en los $4.500 llegando a los $8.000. Las de entrenamiento desde $10.000 hasta $25.000 y la cifra se multiplica en las de competición llegando a montos que pueden superar los $80.000.
Mariano Blas Quintero es uno de aquellos deportistas afectados por la criminalidad en torno al robo de bicicletas. El Triatlonista tomó la iniciativa junto a otros compañeros de hacer público el problema y pedir al concejo que interceda por medidas de seguridad para los ciclistas.
En diálogo con Fabiana Suárez por Fisherton CNN expresaba: “Hace poco más de un año, cuando advertimos por redes sociales el incremento de denuncias de robo de bicicletas con situaciones violentas, pensamos que había que hacer algo porque nadie se estaba ocupando del tema. Así hablé con un amigo, el Concejal Martín Rosúa, quien nos puso en contacto con el Concejal Diego Giuliano a cargo de la Comisión de Seguridad del Consejo.
Después de un año de charlas se aprobó finalmente una ordenanza que dispone una custodia en determinados espacios como la Florida, el óvalo del Parque Alem, el circuito denominado Dakar –desde la rotonda de Rioja y Belgrano a 27 de Febrero- en determinados días y horarios.
Esta ordenanza se cumple a medias y menos también. Cuando estuvo Gendarmería estaba más controlado. El sector más peligroso es el de la Florida, a la altura del Puente Rosario Victoria. Nos dicen que allí, las bicicletas robadas se las llevan en una camioneta a la villa del Remanso Valerio, para luego desarmarlas. El Autódromo sería el lugar más seguro, más controlado, pero si vas en bicicleta no llegás ni con las ruedas. Y no todo el mundo tiene auto para trasladar su rodado allí. Nosotros solo pedimos que se cumpla la ordenanza que se sancionó”.
Blas Quintero además analiza que la proliferación del robo de estas unidades existe porque hay personas que compran en un mercado negro de robadas que entran a desarmaderos: “Hay alguien que sabe de esto” asegura el deportista.
La situación de los ciclistas está muy lejos de resolverse. Además la situación de robo de un rodado se da con situaciones de mucha violencia. Por lo pronto Quintero recomendó salir en grupo, jamás solos.