Es lógico imaginar que los autos del futuro serán mas seguros que los actuales. Al margen de esporádicos fallos en el diseño existe una marcada tendencia a producir notables avances en este aspecto. Nuevas tecnología suponen nuevas soluciones a problemas antiguos, como es el caso de la conducción en estado de ebriedad.
El antecedente del conductor desatento
Los sistemas de conducción asistida tienen, al menos en Europa, opciones para detectar si el conductor está prestando atención a lo que sucede en la ruta o no. Si está distraído se enciende una alarma anunciando la desconexión de la función en un tiempo determinado. Esto ocurre para evitar que la gente ponga a la IA al volante y se desentienda de lo que ocurre.
Cabe aclarar que los sistemas de conducción todavía no han alcanzado el nivel de automatización y confianza necesarios para desempeñarse de una manera completamente autónoma.
No más conductores borrachos
El congreso de los Estados Unidos ha impulsado un mecanismo de seguridad similar dedicado a detectar cuando los conductores están en estado de ebriedad. De obtenerse un resultado positivo el sistema debería ser capaz de detener el vehículo.
La idea es que los fabricantes de automóviles introduzcan esta tecnología a partir de 2026.
Para la implementación el Departamento de Transporte deberá elaborar cuál es la mejor solución a aplicar. La legislación no lo aclara, simplemente menciona que debería ser un control pasivo que identifique acertadamente cuando el conductor puede no estar en las condiciones adecuadas.
En general las leyes no vienen con los detalles de su aplicación. Algunas veces esto termina en con el posterior descubrimiento de impedimentos técnicos.
En este caso se espera que se utilice algún recurso similar a los que varias automotrices están empleando para detectar a los conductores desatentos. Sin embargo es posible que sea necesario modificar estos sistemas o añadir algún otro elemento clave.
