Cáncer de Piel: Melanoma Cutáneo

Por Savoré María Alicia
Dermatología

Nos acercamos al verano y nos encontramos más expuestos al sol. Entonces nos preocupamos por nuestra piel. Sin embargo, todo el año tenemos que brindarle nuestra atención. Por ello te acercamos, en esta oportunidad, todo lo que tenés que saber sobre esta enfermedad, cómo prevenirla y detectarla a tiempo.

De los diferentes tipos de tumores de piel, el Melanoma es la forma más peligrosa, ya que si no se trata su pronóstico es grave por la alta capacidad de generar metástasis (es decir la posibilidad de desarrollar la enfermedad en otras partes del cuerpo distintas al de origen).

Se trata de una proliferación neoplásica maligna de origen melanocítica que puede originarse en piel y mucosas y con menor frecuencia en retina, sistema nervioso central, mesenterio y oído interno.

En las últimas décadas se ha incrementado su incidencia en el mundo, más que cualquier otro tipo de tumor, en especial en la población de raza blanca.

La exposición solar se considera el principal factor desencadenante, también existen casos familiares determinados genéticamente.

Entre los factores de riesgo se encuentran:

-Pieles claras con tendencia a quemarse por el sol (fototipos I y II), cabellos rubios o pelirrojos, color claro de ojos y tendencia a desarrollar pecas.
-Dificultad para broncearse.
-Haber recibido exposiciones solares intensas de tipo intermitentes, con quemaduras y ampollas, especialmente en la infancia y en la adolescencia.
-Fotoprotección inadecuada.
-Cama solar o tratamientos fototerapéuticos previos.
-Adultos mayores con ligero predominio en varones.
-Piel con daño actínico.
-Historia personal o familiar de melanoma.
-Otros cánceres cutáneos: Carcinomas basocelular y espinocelular.
-Múltiples nevus (lunares) melanocíticos.
-Nevus displásicos.
-Nevus melanocíticos congénitos gigantes.
-Inmunosupresión.
-Xeroderma pigmentoso. Síndrome de nevus displásico. Nevus azul / de Otta. Nevus spilus gigante.

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