Anticipan el sobrante más grande de las últimas tres campañas

El trigo logró estabilizarse en los mercados externos durante los últimos días, en un contexto de alta competencia entre los diversos orígenes de exportación y dispares sentimientos de resultados a cosecha en el hemisferio norte, tanto en lo referido al potencial de rendimientos como a los parámetros de calidad. El mercado argentino, aislado de las señales externas a pesar de contar con remanente exportable, mantuvo el sesgo bajista de las últimas semanas.

En Estados Unidos la cosecha de invierno ingresó en su recta final, confirmándose rindes 10% inferiores a los obtenidos el año pasado tras la sequía del último invierno. En cambio, gran optimismo se plantea de cara a la campaña de primavera en los distritos del norte. En su tradicional tour por las regiones productoras, el Wheat Quality Council concluyó que –manteniéndose las condiciones actuales- la productividad unitaria está en condiciones de promediar 32,7 qq/ha, el nivel más elevado desde 1992. Ante este escenario, los futuros de Minneapolis acumulan una baja superior al 14% en los últimos dos meses. No obstante, los agrónomos en campo señalaron que faltan entre cuatro y seis semanas para la colecta, sin descartarse potenciales de daño por picos de calor o heladas tempranas. En general, la evolución de los cultivos se mantiene por detrás de su marcha usual luego de los retrasos al inicio.

La caída de los precios en el país del norte contribuye poco a incrementar su competitividad exportadora frente a las bajas de similar magnitud en otros puertos de embarque de Europa occidental o el Mar Negro. En Rusia el clima seco aceleró el ritmo de los trabajos de recolección, al tiempo que fuentes oficiales anticipan una cosecha de todos los granos superior a 100 millones de toneladas, de la cual más de la mitad sería trigo. En los últimos días el gigante eslavo cerró compromisos de exportación a u$s 244/ton FOB con 12,5% de proteína. En menor medida, Ucrania y Rumania son otros jugadores en condiciones de abastecer a los compradores del norte de África y Asia central a bajos precios y con ventajas de flete, aunque con algunos interrogantes respecto de la calidad de sus cosechas.

El mismo problema se detecta en gran parte de la Unión Europea, donde se avizora un volumen de producción superior a 140 millones de toneladas, pero con una proporción de estándar forrajero que superaría las previsiones iniciales. En Francia, el mayor productor y exportador del bloque, las bases sobre MATIF por el cereal de alta calidad treparon en los últimos días, reflejando el nerviosismo de los compradores. Si bien la trilla no supera el 30% y faltan varias semanas para que concluya en los lotes más retrasados, las lluvias de los últimos días han debilitado fuertemente las perspectivas en la zona este del país, con una proliferación de granos brotados. En Chicago, la respuesta de los operadores fue ampliar el spread entre los contratos de trigo y maíz, sospechando que habrá una mayor oferta global de granos para alimentación animal.

En tanto, en el hemisferio sur se está jugando otra partida. La siembra está prácticamente finalizada y el clima se avizora como el gran determinante de los resultados a obtener. El escenario es heterogéneo, ya que mientras las perspectivas de producción en Australia se ajustan a la baja para reflejar el clima seco del noreste del país, en Sudamérica el agua es lo que abunda, hasta el punto de complicar el tramo final de la implantación y plantear dudas respecto de la superficie definitiva a cosecha.

Por su parte, en Sudamérica se mantiene el potencial de lograr una importante recomposición de oferta en 2014/15, aunque en los tramos iniciales de la campaña el comercio regional no tendrá la fluidez necesaria para abastecer a todos los participantes del mercado. En Brasil se espera el comienzo de los trabajos de recolección para mediados de agosto en el norte de Paraná, para luego bajar gradualmente en las semanas subsiguientes. Según las proyecciones de la CONAB en su último reporte mensual, la colecta llegaría al 70% del área a finales de octubre.

En el medio de crecientes dudas por la aptitud industrial del trigo brasileño, los molinos paulistas, al igual que los de la zona de Rio de Janeiro y Minas Gerais, renuevan la presión para que las autoridades nacionales concedan una nueva exención en el arancel de importación, que vence el 15 de agosto. Es que el anuncio anterior fue sorpresivo y por un plazo relativamente corto, a punto tal de que se avizora un excedente de cupo al momento de su expiración. Lo más probable es que los compradores brasileños terminen adquiriendo unas 700.000 toneladas libres de arancel, pero continúen comprando trigo norteamericano durante los meses posteriores, ante la expectativa de que persistan las restricciones para negociar trigo de origen argentino.

En nuestro país todavía no hay definiciones concretas para colocar en el exterior el trigo remanente de la cosecha 2013/14, ni tampoco reglas claras de política comercial de pensando en el ciclo 2014/15, en el que se anticipa el sobrante más grande de las últimas tres campañas. De este modo, cabe proyectar un stock final cercano a 2 millones de toneladas al llegar el mes de noviembre, manteniendo un efecto depresivo sobre los precios domésticos al margen de una eventual recuperación externa. Para el trigo nuevo se trata de la definición de cupo exportable más demorada de los últimos tres años, ya que en 2012 y 2013 los anuncios que habilitaron el pedido de Roe Verde entre los exportadores se hicieron el 19 de junio y 6 de marzo, respectivamente.

Al margen de la pérdida de confiabilidad como proveedor en los mercados del exterior, otras de las consecuencias de la incertidumbre y las barreras comerciales es desalentar a los productores que pensaron en el cultivo como alternativa para la nueva campaña. Parte de la caída en la intención de siembra respecto de las proyecciones iniciales obedece al panorama de mercado más complicado, especialmente en la provincia de Buenos Aires, aunque las condiciones climáticas tampoco resultaron propicias al momento de poner en marcha la siembra.

A lo largo de la semana los precios a cosecha fluctuaron entre u$s 165 y 170 por tonelada con descarga en diciembre sobre terminales portuarias del Up River, dependiendo de las condiciones de calidad negociadas. Si bien prácticamente el mercado FOB de la nueva cosecha prácticamente no tiene referencias, se estima que esos valores se encuentran entre u$s 15-20 por debajo de la capacidad teórica de pago de los exportadores. Los márgenes del productor se mantienen en rojo para rindes promedio.

Autor: Guillermo Rossi – BCR

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